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Martín Adán




















Rafael de la Fuente Benavides fue el nombre civil de este escritor, cuya importancia en las letras hispanas lo sitúa entre los mayores creadores de este siglo.
Desde muy joven mostró dotes literarios, los que compartió con sus compañeros de clase: Emilio Adolfo Westphalen y Estuardo Núñez. A medida que pasó el tiempo, vivió con creciente estrechez económica y sufriendo un fuerte alcoholismo.
La vida de Martín Adán es un copioso afluente de una obra vasta y plural que empieza desde 1928 con poemas dispersos y La casa de cartóndentro del curso vanguardista de ruptura con la tradición.
Hacia 1931 compone Aloysius Acker, poema de tono elegíaco; insatisfecho o atormentado por el resultado, destruye el Aloysius que solo nos ha llegado en fragmentos. En esa misma época, Martín Adán participa del resurgimiento de las formas métricas tradicionales que brotan en el ambiente poético castellano. La creación en sonetos perfectos produce, a principios de la década de 1930, una versión primitiva de Travesía de extramares (Sonetos a Chopin), poemas que tratan la imagen del creador, la creación artística y la vida como una travesía marítima; pero que no llegarán a su forma final sino entre 1945 y 1950.
Hacia 1932 ingresa a una etapa improductiva de probable crisis personal de la que saldrá con un trabajo crítico ambicioso y descomunal, De lo barroco en el Perú, con el que obtiene el grado de Doctor en Letras en 1938. Este ensayo de apreciación de la literatura peruana es de una gran elaboración; el esfuerzo es evidente en un trabajo bibliográfico erudito de la misma época; y, en especial, en una prosa barroca ejercitada incesantemente.
Hacia principios de la década de 1960, se recluirá en un sanatorio en un retiro radical del que no saldrá.
En su apartamiento del mundo volverá a las formas del antiguo Aloysius, retomando su verso libre, su tono elegíaco y la depuración de su expresión hasta hacerla fluida y directa para expresar una trágica reflexión en torno a lo humano. Este ejercicio del verso libre se hará manifiesto en Escrito a ciegas, La mano desasida y La piedra absolutacuyas primeras versiones aparecen a principios del decenio de 1960.
Allen Ginsberg se mostró interesado en su obra y en él mismo. Aprovechando su paso por el Perú, con el objeto de conocer la ayahuasca, logró entrevistarse con Martín Adán

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